La «cefalea tensional» se caracteriza por ataques que duran de unos minutos a unos días, con dolor localizado en toda la cabeza. No se agrava con la actividad física.
¿Qué tipo de cefalea tengo?
Existen más de 300 tipos de cefaleas, que pueden dividirse en dos grandes grupos:
- Cefaleas primarias: Incluyen la migraña, las cefaleas tensionales, las cefaleas crónicas diarias y la neuralgia del trigémino. Son responsables del 95% de los dolores de cabeza.
- Cefaleas secundarias: Representan sólo el 5% de todas las cefaleas. Tras un examen médico, se puede determinar la causa. Suelen aparecer de forma repentina y están provocadas por una enfermedad del cráneo o del cerebro (hemorragias, derrames cerebrales, tumores, etc.), pero también pueden estar causadas por infecciones o el uso excesivo de analgésicos.
La clave para resolver las cefaleas es un diagnóstico preciso del tipo de dolor de cabeza, y para ello la experiencia del neurólogo es crucial. Una vez identificado, se determina el tratamiento farmacológico más adecuado y el seguimiento periódico para eliminar el dolor.
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Tipos de cefaleas
Cefalea primaria
Cefalea de causa desconocida en la que no se pueden demostrar cambios estructurales o metabólicos que expliquen el dolor de cabeza.
Las más comunes son:
- Cefalea tensional: afecta sobre todo a las mujeres y se presenta a cualquier edad. El dolor es de leve a moderado, episódico y puede durar varios días. Duele en toda la cabeza, se describe como una presión y no se agrava con la actividad física.
- Migraña: Dolor de cabeza repetido de gran intensidad, que impide al paciente realizar actividades. Puede durar varios días. Suele haber antecedentes familiares y la afección puede desencadenarse por diversos estímulos. Duele en el centro de la cabeza y se siente como una palpitación. A veces se acompaña de náuseas, vómitos e intolerancia a la luz y al ruido.
- Cefalea en racimos: Poco frecuente. Afecta principalmente a hombres jóvenes. Son ataques muy intensos y unilaterales de dolores de cabeza cortos (menos de 3 horas), que se repiten a lo largo del día y durante ciertos meses del año. Suelen despertar al paciente. También pueden presentarse con enrojecimiento de los ojos, lagrimeo, congestión nasal, hinchazón facial, edema de párpados y rinorrea en el lado de la cefalea.
Cefaleas secundarias
Las cefaleas secundarias representan el 5% de los dolores de cabeza. Un examen médico puede identificar la causa. Suelen ser de aparición repentina, debido a trastornos craneales o cerebrales, o pueden ser causadas por una infección o por automedicación.
¿Cuáles son los síntomas de los distintos tipos de cefalea?
Las cefaleas tensionales son dolores leves o moderados que se producen de forma episódica y pueden durar varios días. Existe un dolor de cabeza. No suele ir acompañado de otros síntomas como náuseas o vómitos, que son más típicos de la migraña.
En el caso de la migraña o jaqueca, el dolor es unilateral (duele la mitad de la cabeza), pulsátil (como un latido) y puede ir acompañado de náuseas, vómitos e intolerancia a la luz y el sonido. Puede haber un «aura», una serie de síntomas neurológicos principalmente visuales (luces parpadeantes o visión borrosa) que suelen preceder al dolor de cabeza.
Los síntomas de la cefalea en racimos son un dolor intenso, siempre unilateral y de corta duración (menos de 3 horas), que se produce varias veces al día durante varios meses al año. Puede haber enrojecimiento de los ojos, lagrimeo, congestión nasal, hinchazón de la cara, hinchazón de los párpados y rinorrea (líquido claro como una secreción nasal) en el mismo lado de la cefalea.
¿Qué causa el dolor de cabeza?
Las causas de la migraña no se conocen bien, aunque el 70% de los pacientes tienen antecedentes familiares, por lo que es probable que exista una causa genética.
Un ataque de migraña comienza de forma inesperada, aunque hay una serie de factores desencadenantes que pueden provocar el ataque. Estos factores varían de una persona a otra. Por tanto, cada paciente debe identificar los suyos y tratar de evitarlos. Algunos de estos desencadenantes son: el alcohol (especialmente el vino), los olores fuertes, la luz intensa, los cambios de tiempo, los cambios en los patrones de sueño, los cambios hormonales (menstruación, ovulación) y el estrés.
En el caso de las cefaleas secundarias, la causa puede determinarse tras un examen médico. Suelen aparecer de forma repentina y están causadas por una enfermedad del cráneo o del cerebro (hemorragia, derrame cerebral, tumor, etc.), pero también pueden estar causadas por una infección o por la automedicación.
Tratamiento de las cefaleas
Además del tratamiento farmacológico que normalmente se prescribe para controlar el dolor, el tratamiento más utilizado es la fisioterapia, o terapia física. La fisioterapia ofrece una amplia gama de terapias invasivas y no invasivas que pueden utilizarse para tratar esta afección:
- Masaje muscular cervical y de espalda. Los músculos del cuello se contraen al mantener o forzar posiciones, por lo que amasar los músculos relaja las fibras musculares.
- Terapia miofascial. Es el tratamiento de los puntos gatillo activos (bandas musculares tensas) de forma invasiva con agujas secas, o no invasiva con presión sobre la piel. El objetivo es relajar los músculos y el tejido conectivo (tejido miofascial). Según varios estudios, ésta es probablemente una de las terapias más eficaces, ya que las cefaleas tensionales están relacionadas con los puntos gatillo.
- Estiramientos (trapecio, elevador de la escápula, infraespinoso, esplenio, esternocleidomastoideo, etc.) Los estiramientos con ayuda manual del fisioterapeuta o de forma independiente en casa son importantes tanto como tratamiento como medida preventiva para mantener la flexibilidad de los músculos.
- Técnicas de manipulación. A menudo, debido a la tensión muscular, las vértebras pueden bloquearse o comprimirse, lo que también restringe el movimiento de la columna cervical. La tracción de la columna cervical o la liberación de las articulaciones restablece el movimiento normal de las mismas.
- Calor local para activar la circulación en la zona y acelerar el proceso de regeneración de los tejidos.
- Electroterapia. Consiste en la aplicación de electrodos en la piel con corrientes que alivian el dolor como antiinflamatorio local.
¿Cómo prevenir las cefaleas?
- Estira los músculos del cuello. Incline la cabeza hacia delante y hacia un lado desde la misma posición, añadiendo también una ligera rotación a ambos lados. Mantenga la posición durante unos segundos hasta que note que el músculo cede y utilice la mano para intensificar el estiramiento.
- Automasaje con una pelota de tenis o un palo. Tumbado en el suelo, coloque una pelota o un palo justo debajo del hueso occipital (es la primera protuberancia de la parte posterior y más baja del cráneo). A continuación, mueve la cabeza de lado a lado, masajeando la zona y liberando la zona más insertada.
- Hacer ejercicio para mantener los músculos activos y flexibles.
- Mantenga una dieta equilibrada. Consulte a su médico de cabecera o a un dietista.
- Acuda a un fisioterapeuta. No espere a tener un dolor «insoportable» para acudir a un fisioterapeuta. Además de tratarlo, puede ayudar a prevenir el dolor. Si siente molestias, acuda a un fisioterapeuta para evitar que el problema empeore.
- Evite estar sentado durante mucho tiempo y cambie de postura durante el día, especialmente durante la jornada laboral.
- Si trabaja con un ordenador, mantenga la pantalla a la altura de los ojos para evitar la inclinación prolongada de la cabeza.
- Duerma con una almohada que evite la inclinación de la cabeza. La cabeza y el cuello deben mantenerse rectos para que los músculos descansen.
- Un colchón que respete la curvatura fisiológica de la columna vertebral, ni demasiado duro ni demasiado blando.
- Hacer pilates, yoga, danza, etc. Este tipo de ejercicio nos ayuda a ser más conscientes de la forma de nuestro cuerpo.
Lo que hay que saber sobre las cefaleas…
- La fisioterapia ofrece una amplia gama de terapias invasivas y no invasivas que pueden utilizarse para tratar esta afección.
- Según varios estudios, la terapia miofascial es probablemente una de las más eficaces, ya que la cefalea tensional está relacionada con los puntos gatillo.
- El objetivo principal de las distintas técnicas es reducir el tono muscular y el dolor. También se produce una mejora en el sistema circulatorio y linfático, y por tanto en el bienestar del paciente.