El útero puede causar y favorecer diversos problemas de espalda y lesiones musculoesqueléticas. Cualquier víscera u órgano, cuando está en disfunción (que no es lo mismo que enfermedad, disfunción significa simplemente mal funcionamiento), puede causar una serie de síntomas específicos del órgano y musculoesqueléticos, como contracturas musculares, reflejos dolorosos o bloqueos articulares.
A menudo oímos a las mujeres decir que su dolor de espalda empezó o aumentó durante la menstruación, o incluso que una hernia discal sólo se hizo sintomática durante el periodo menstrual.
¿Qué problemas puede causar una disfunción uterina en la espalda?
La disfunción ginecológica puede provocar problemas musculoesqueléticos no sólo en la espalda, siendo los más comunes:
- Ciática, dolor de espalda crónico o lumbalgia crónica.
- Trocanteritis, especialmente cuando se produce en el lado derecho.
- A veces puede ocurrir una inflamación de la inserción de los tendones de la pata de gallo, situados en la parte interna de las rodillas, se da con más frecuencia en el lado derecho.
- Pubalgia, problemas en los aductores
- Síndrome de la pirámide
- Dolor inguinal
- Amenorrea, dismenorrea
- Tendinitis en la inserción cubital de la muñeca que provoca el llamado síndrome del canal de Guyon.
- Lumbago debido a un bloqueo de la quinta vértebra lumbar, que puede convertirse en una hernia de disco L5-S1 en el lado derecho.
- En las mujeres posmenopáusicas, es frecuente la acumulación de líquido alrededor de los tobillos, generalmente indolora. Esta acumulación de líquido también se observa en mujeres con un retorno venoso normal.
¿Por qué se ha alterado el sistema ginecológico?
En esta imagen podemos ver la relación entre el sacro y el útero, ambos conectados por el ligamento sacro del útero. Éste se inserta en la parte lateral del cuerpo y del cuello uterino (fija el cuello uterino) y se dirige hacia la parte posterior del sacro, insertándose lateralmente en los agujeros sacros anteriores. Los movimientos del sacro repercuten entonces en estos ligamentos, inclinando el útero, razón por la cual una disfunción del sacro puede causar dismenorrea o dolor de espalda antes o durante la menstruación, por ejemplo.
También hay que tener en cuenta que los procesos uterinos como el parto, los desequilibrios hormonales, las infecciones, etc., también modifican el estado de tensión de los ligamentos, y que es el propio útero el que puede generar la disfunción, pero normalmente como consecuencia de
El estrés elevado y prolongado puede debilitar el organismo y afectar, entre otras cosas, al buen funcionamiento del sistema ginecológico.
Además, existen dos factores causales, la nutrición y los factores emocionales:
- Factores nutricionales: como no puede ser de otra manera, el tipo de alimentación influye directamente en el sistema ginecológico de la mujer. Por ejemplo: todos los alimentos que generan un aumento de toxinas en el torrente sanguíneo dañan el útero.
- Factores emocionales: el sistema ginecológico, según los principios de la medicina y la psicología orientales, se ve afectado negativamente por las emociones relacionadas con el miedo, la inseguridad y la falta de autoestima en el ámbito del embarazo y la maternidad. Preguntas constantes como: ¿seré capaz de criar a mis hijos, realmente quiero tener hijos, realmente quiero ser madre y el embarazo es malo para mí? Entre otras muchas.
¿Cómo afrontamos el tratamiento con fisioterapia y osteopatía?
En la consulta, el primer paso es un interrogatorio exhaustivo de la paciente para recoger pistas que nos permitan diagnosticar correctamente el origen del dolor lumbar por la regla.
Valoraremos las posibles disfunciones en la región lumbar, comprobando la biomecánica del sacro y la columna lumbar y tratando las zonas de movilidad reducida con manipulaciones para que no influyan negativamente en la biomecánica de la propia articulación o, posteriormente, en la función del útero, ovario, etc.
Una vez realizada la corrección, comenzamos el tratamiento visceral, manipulando los niveles vertebrales de donde proceden los nervios de las vísceras afectadas, eliminando la tensión del diafragma para equilibrar las presiones de la caja torácica y la zona de los órganos. Después pasamos a tratar el bajo vientre para trabajar el útero, los ovarios y los ligamentos circundantes. Estas técnicas consisten en dar elasticidad al tejido viscoelástico que cubre toda la zona. Cuanto más libertad tengan las vísceras, mejor será su funcionalidad. Y en determinadas ocasiones, cuando esto no es suficiente para dar movilidad al útero, realizaremos una técnica intracavitaria en la que movilizamos el cuerpo y el cuello uterino sin ninguna restricción.